domingo, 11 de noviembre de 2012

¡EL TAN ANSIADO MEGAPOSTEO DE TIRAS!

Y así, luego de eones (bueno, meses) de profundo letargo, me alzo esplendoroso como un fogoso y pasional ave fenix. Con sus plumas de fuego, sus garras de carbón y sus pedos obviamente incendiarios. En otras palabras: perdón mis lectores por habernos tardado bastante tiempo con este proyecto que teníamos hace rato prometido. Para hacerla corta: ¡Por fin carajo! ¡A presentar las tiras y dejar de perder el tiempo con metáforas de avechuchas mitológicas!
Con ustedes lectores, las cinco opciones para definir la próxima tira regular de Rowex/Tiamas...

Calabazas y Drogones


El Arlequín y El Paladín


Las Progresistas Nociones del Dr. Jorge Bukkake


Lecciones de la Historia nunca aprendidas


Los Liches del Marketing

                  

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martes, 6 de noviembre de 2012

Cortometraje


Hace días que duermo mal. Pésimo. Siempre me costó dormir, pero esta semana por alguna razón es peor. Me despierto antes de que suene el despertador, me cuesta mucho conciliar el sueño. Doy vueltas y vueltas en la cama. Prendo el ventilador. Apago el ventilador. Sueño incomodo.


Me despierto con sed. Pienso en mujeres que no puedo tener. Hablo con personas que solo puedo hablar en mis sueños. Trato de no darle importancia alguna. Simplemente cierro los ojos dejo que la noche me consuma, ya sea que duerma o no, quiero estar tranquilo a como dé lugar. Es en ese momento que una idea empieza a rondar mi cabeza. Puedo verla, soy simplemente un testigo invisible de la escena. Hago cambios a voluntad en ella, como si fuera el director de una película.

Son dos personas, discuten. Al menos una de ellas, la otra persona parece no darle importancia, aunque en realidad está preocupada por él. El muchacho la quiere mucho, la ama con locura, y ya aprendimos que eso en mis cuentos siempre es malo. Este irritado, no sabe como amarla, tal vez ni siquiera sabe como amar, por lo tanto desea hacerla sufrir. Honestamente, ni siquiera desea eso, pero es lo único que sabe hacer y al estar en un estado psicótico piensa que es lo único que puede hacer para llamar su atención. En eso tiene razón. El sufrimiento causa ese efecto. Pero primero quiere molestarla, de esa manera puede disfrutar más su desgracia. Anhela con todo fervor que la culpa invada a esa otra persona. Si tiene éxito aquella mujer solo podrá pensar en él y solamente él. Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Interpreta a Maquiavelo de la misma forma que yo.

Le pregunta, aun sabiendo de ante mano la respuesta, si ella sentiría alguna culpa si él decide acabar con su vida. Ella dice que 'no'. Sin embargo el sabe la verdadera respuesta. Ella sabe que él sabe. Yo también pude deducirlo en segundos.

No solo sentiría culpa, de hecho ya la siente, sabe que revertir esta situación será muy difícil. Sabe que no puede mentirle, sabe es cuestión de tiempo para que lo inevitable pase. 'No' se convierte en la única forma vivir. El hombre ya se dio cuenta de este truco, pregunta una vez más, la respuesta sigue siendo la misma. Sabe que en realidad ella está preocupada, pero no quiere admitirlo, no porque le vergüenza, o por que no tenga ningún sentimiento reciproco hacia él. Solamente el 'no' parece la única vía a salvarlo. Demostrar alguna preocupación podría causar algún mal mayor.

Pregunta una vez más. 'No'. Cada vez es menos convincente. Esta vez una lagrima rueda por la mejilla de esa muñeca de porcelana, de pelo castaño claro y ojos café.

Ambos saben yo estoy ahí presente, pero parece no importarles. Como un director de películas. Luz, cámara, acción. Luz cámara, drama seria más apropiado. Ninguno de ellos fija su atención en mí. Aunque notan mi presencia.

El hombre sonríe. Sabe que en este momento el es lo único en su cabeza, para bien o para mal. Quiere guardar este instante por siempre. La mujer reacciona, aunque sigue pálida, trata de disimular su preocupación. Se pregunta así misma que es lo que siente realmente por él. Puede que lo ame, piensa para sus adentros. Puede que ella tampoco sepa como amar.

No. Definitivamente no lo ama. Está asustada, está preocupada, inconscientemente sabe que de amarlo podría salvarlo. Increíblemente se siente culpable de su libre albedrío  Si tan solo pudiera amarlo, aunque sea un poco. De mentirle podría causar algo peor. No puede pensar en algo peor, pero esa idea la ayuda a disimular si pena.

El vuelve a preguntar, ella esta vez gira la cabeza cerrando los ojos, no hay lagrima en la mejilla. 'No'. Nada queda por hacer entonces, se dice el muchacho. Con una sonrisa amarga, como quien ve la luz al final del túnel, y solo le queda caminar.

'No te sientas mal entonces' dice por última vez el hombre. Aunque para ser honestos, el quiere hacerla sentir mal, es lo único que le queda. Es la razón por la que lo hace. Se inmortalizara en un recuerdo dentro de ella, un pésimo recuerdo, pero uno al fin. Tendrá un lugar en su corazón, que extrañamente es lo único que el siempre quiso, aunque nunca supo cómo hacerlo bien.

En su mano ahora tiene un revolver, no lo había visto antes, no sé de donde lo saco. La magia del cine. La magia de mi imaginación. La mujer no se asusta. Sabe que ella no corre peligro, esto le da aun mas pena. Es una mujer con una empatía grandiosa, por eso le cuesta tanto decidir que decir y qué hacer. Siente que ella está directamente relacionada con la seguridad del muchacho, y tiene razón en sentirse de esa manera. Ya que sea su culpa o no, ella es la causante de todo esto.




Pese a la impresión en el rostro de la mujer, no es ninguna sorpresa para ella, el hombre pone el revólver en su sien. El muchacho camina hacia atrás unos pasos. No quiere que su sangre mundana salpique tan bello rostro. Lo hace para odiarla, lo hace para ganarse su odio también, pero sigue respetando la fragilidad de la que se enamoro, y que amo tanto para poder cambiar.

El sonríe, tan solo sonríe, es muy cobarde para decirle 'Te amo'. Ella ya lo intuye de todas formas, pero no sabe que contestar, sabe que no hay nada más que hacer, no puede decirle 'También te amo', no puede mentirle de esa manera. No es justo que para salvarlo tenga que ser condenado a un mundo de mentiras. Camino un poco y me pongo detrás de él, yo tampoco quiero mancharme con su sangre.

Ni siquiera lo duda. De todas formas pareció una eternidad el tiempo que le llevo apretar el gatillo. Era el final más predecible, si bien no deja de sorprender. Pensé que iba a ver la bala salir por el otro extremo de su cabeza, me equivoque, habrá quedado alojada en su esponjosa materia gris. El revólver cae al suelo antes de que su cuerpo se desplome. Lentamente el sollozo lamento de la mujer se hace más fuertes, niega el horror que tiene enfrente, sus manos limpian sus lágrimas que al caer al suelo se mezclan con la sangre que brota de la cabeza del muchacho.

Ella me mira de manera incierta, un primer plano sutil para alguien que acaba de presenciar un suicidio de quien la amo. Es una excelente actriz, luego de que la escena término, se repone rápido. Deja el llanto. Después de todo, no hay otra cosa que se pueda hacer. Se da ánimos a ella misma diciéndose que lo intento, que trato, que no era posible salvarlo. En todo tiene razón, ese hombre ya estaba muerto desde el momento en que la vio. El revólver solo termino su agonía. Cuando un corazón deja de latir, de que vale seguir viviendo...
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