domingo, 22 de julio de 2012

Departamento cuarto C


Todavía juego con las llaves; hacía no más de media hora que el Sr. Robles me las entregó. Al hacerlo el portero del edificio me sonrió, 'Bienvenido' me pareció oírle murmurar. No me olvidaré nunca del momento en el que vi al Sr. Robles arrancar su Peugeot desde la ventana y ver cómo se perdía por la avenida.

El portero se acercó hacia a mí, me felicitó y me dijo que cualquier problema que llegara a tener se lo comunicara. Le agradecí y me retiré. Subí por el ascensor, tomé aire y no exhalé hasta llegar al cuarto piso, el que había marcado. Caminé unos pocos pasos por un angosto pasillo hasta estar frente a la puerta del departamento C.




Abrí la puerta y sin entrar todavía me dije 'Tu primer departamento, Guido responsable'. Una vez adentro prendí todas las luces, quería ver como era el departamento totalmente iluminado. Había unas pocas cajas que contenían mis ropas, mis libros y todo lo que usaba en la residencia. Era bastante amplio para una sola persona. Dos habitaciones, de las cuales, a una le colocaré un escritorio para que Guido estudiante pueda leer y Guido trabajador pueda hacer los cierre de caja para la empresa. La cocina no era muy grande, pero no es algo que me preocupe, ya que no soy de cocinar; a veces Guido creativo entraba para hacer algún emparedado rápido antes de salir. El living era bastante amplio, había espacio para una televisión y el equipo de música, ideal para relajarse.

Estuve todo el día abriendo cajas acomodando el sin fin de objetos personales que traje conmigo, la variedad era tanta que pareciera que en lugar de una persona vivían diez. No parecía real que en unas pocas cajas entrara toda una vida. Al caer la noche el esfuerzo valió la pena, me encontraba instalado en mi nuevo hogar.

Conforme pasaron los días fui adaptándome cada vez mejor y, también, compraba cualquier cosa para decorar el departamento. Las paredes se veían muy vacías, por lo que colgué unos cuantos cuadros. Se me ocurrió la idea de que cada mes o cada dos meses, renovar los cuadros para ver quiénes de mis amigos notaba la diferencia, en realidad no se me ocurrió a mí, sino a Guido Artista.

Decidí también comprar dos veladores para mi cuarto, ideales para leer en la noche. Desde chico, antes de irme a descansar siempre elegía un libro al azar de mi biblioteca, y volvía a leer mis pasajes favoritos. Noches en las que unía a Bukowski con Cortazar, a veces hasta a Borges con Henry Miller, a un colegio elegante y sofisticado con la soledad, a una elite contrapuesta con la embriaguez, y el anhelo de mujeres.

Fue esa noche en la que me di cuenta que todos mis libros habían quedado en el living. Guido arquitecto había armado allí la biblioteca y no en mi cuarto. Es muy probable que a Guido somnoliento le moleste caminar hasta el salón para buscar un libro, será algo con lo que tendrá que aprender a vivir.

Los primeros meses pasaron, me sentía muy a gusto con mi hogar. Quedaba cerca tanto de la facultad como del trabajo y todo en mi vida parecía tener un equilibrio que nunca antes tuvo. Esto empezaba a reflejarse en los otros ámbitos de mi vida; mis notas eran de las mejores del curso. También al poco tiempo, decidieron darme un mejor puesto en mi trabajo, no sólo eso, además gane un bono gracias a mi desempeño. Decidí con el dinero comprar una trompeta, para que Guido músico tocara, no lo escuchaba desde que dejé la casa de mis padres.

La música del instrumento acompañaba a la del equipo con su ´Rhythm & Blues´, sentía como el sonido decoraba mi hogar, mientras que, encerrados en uno de los cuartos, Guido estudiante junto a Guido trabajador se concentraban cada uno en sus respectivos quehaceres.

A mitad de año, aproximadamente, fue que empecé con algunos problemas en la espalda. Me despertaba dolorido, cambié los colchones no una, sino dos veces pero no cambió en nada. Inclusive llegué a consultar un médico por esto, y me derivó a un analista, dijo que debía ser por tener sueños demasiado profundos. Los sueños duelen. Sin embargo, no tenía la impresión de que fuera por eso, había algo, otra cosa que originaba este dolor. Opté por ir al analista luego de un tiempo ya que mis dolores no cesaban, y se me acababan las ideas. Inclusive le pregunté a Guido creativo si podía imaginar alguna razón, pero no podía pensar bien, estaba confundido por la música que producía Guido músico...

Llegó agosto y los dolores de espalda continuaban, empezaron a afectar mi desempeño en el trabajo, junto con el hecho de que Guido estudiante preparaba sus finales y tenía todos sus libros esparcidos por el escritorio. A veces lo escuchaba discutir con Guido trabajador. Si discutían hasta tarde, Guido fastidioso les tocaba la puerta de manera brusca y violenta. Al principio funcionaba para callarlos, pero después de un tiempo los tres se encontraban discutiendo y gritándose unos a otros.

Todos los jueves que me veía con el analista dudaba seriamente en volver, me parecía demasiado caro para el poco tiempo que tenia para hablar, ya que la hora que duraba la sesión tenía que dividirla con Guido chismoso, que habla veinte minutos sobre los eventos que más lo marcaron en la infancia. Luego pasaba al menos media hora en la que Guido incestuoso hablaba de... No quiero recordar, pero el detalle es que me dejaba a mí diez minutos para discutir el origen de mis dolores, a los que el analista no encontraba respuesta.

Un jueves en particular, hace relativamente poco fue que noté sentado en un rincón del salón, a alguien que no había notado antes, me llamó la atención que a diferencia de los otros, su pelo estaba teñido un tono más oscuro, se vestía con colores opacos y casi no emitía sonido. Me parecía extraño que nunca se quejara de las discusiones entre Guido estudiante y Guido trabajador, me daba la impresión de que solo escuchaba a Guido músico, que con su trompeta se la pasaba dando vueltas por la casa, pero que al notar que tenía un oyente se colocaba al lado de éste y montaba un espectáculo para divertirlo, el otro luego de un tiempo esbozaba una sonrisa, un poco sádica tal vez, pero que el trompetista interpretaba como señal positiva y seguía tocando.

La espalda me estaba matando. Ya no podía dormir. Ahogaba mis ojos con la televisión, veía los noticieros de medianoche esperando que mis pestañas pesaran los suficiente como para consumir el sueño. Aún con la puerta cerrada podía escuchar los gritos de los otros en mi cabeza. Sus gritos, y la apagada melodía de una trompeta.

Hace una semana que dejé de ir al analista. Ya no puedo pagarlo. Mis jefes dijeron que me volví improductivo por lo que decidieron prescindir de mí. No puedo culparlos. Mis notas han bajado también, en algunas materias hasta he comenzado a reprobar los exámenes. Ya no se oyen ruidos en la habitación con escritorio. Entré a echar un vistazo, Guido estudiante trataba de leer, pero no podía pasar de página. Una y otra vez, el mismo párrafo, las mismas oraciones, las mismas palabras, todo lo que leía era efímero. En una esquina de la habitación, y totalmente pálido, estaba Guido trabajador, agachado y temblando. Sus labios se habían tornado morados. Lo ayudé a pararse, traté de que se sentara en una silla, estaba estupefacto como para hablar, le ofrecí la sección de clasificados del diario, tal vez buscar un nuevo empleo lo ayude a reponerse, le comenté que no sé preocupara por el dinero que todavía tenía lo suficiente ahorrado para pagar unos meses más de alquiler.

Se calmó un poco y abrió el diario aunque me di cuenta que no estaba leyendo, tan solo lo tenía enfrente. Guido estudiante miraba la situación de manera discreta. Levantarlo a Guido trabajador del piso me había provocado un tirón en la espalda, cada día empeoraba más, así que los dejé a ambos y me fui a verlo a Guido médico para que me diera algún analgésico.
Lo vi a Guido músico, estaba tomando un descanso de tanto practicar y practicar. Me extrañó no ver también a su amigo callado y de cabello oscuro, pero me lo encontré inmediatamente cuando fui a la cocina por un vaso de agua. Ahora parece ser estaba hablando con Guido creativo, se lo veía muy interesado en lo que decía.

Me desperté a mitad de la noche, estaba en el living de la casa. Me habré quedado dormido sin darme cuenta, pensé, me reincorporé del sillón lentamente y con dolor. Gritos. Escucho gritos. Guido estudiante está peleando de nuevo con su contraparte laboral. Me acerco y pregunto de qué se trata esta vez. Me explican que ambos necesitan usar el traje mañana, el único que tengo. Guido trabajador tiene una entrevista, mientras que el otro lo necesita para rendir un examen oral. Les aconsejé que solucionaran el tema en silencio, mientras yo iba hasta la cama. En el camino pasé por la cocina por un vaso de agua, Guido creativo y el otro Guido 'de negro' seguían hablando muy animadamente.

Pude ver la trompeta de Guido músico con mis ojos adormecidos enfrente de mi cara, segundos antes de que ésta comience una estridente melodía como si esto fuera la colimba. Miro el reloj despertador, es casi medio día. La casa parece un barco a la deriva entre los miles de Guidos que van y vienen. Trato de poner calma, pero la cantidad de problemas me sobrepasa. ¡Qué difícil es convivir con uno mismo! los cuento, son como diez incluyéndome. Escucho el ruido de la puerta de la casa que se abre y vuelve a cerrarse de un portazo. Son Guido estudiante y Guido trabajador que vuelven a casa. Siguen discutiendo. Voy a la cocina, cuento cinco más. Unos discuten con otros, gritan, saltan, entro en pánico al verme totalmente descontrolado en cada una de mis facetas. Guido borracho se acerca a mí con una botella de whisky, me sirve una medida en un vaso, el cual bebo de un golpe. Recorro una vez más la casa y veo a Guido somnoliento con un libro en la cabeza, se quedó dormido en el sillón del living. Lo despierto, mandándolo a la cama. Al levantarse veo como se toma la espalda para reincorporarse con dolor. En seguida le pregunto si se queda dormido en el sillón seguido... 'Siempre' me responde. Mi dolor, nuestro dolor, el cansancio, el mal humor, la perdida de energía, de trabajo, el decaimiento... Todo. Lo ayudo a recostarse en la cama. Trato de que este cómodo, pensando que mi dolor se aliviara. Veo que está el Guido de oscuro en la habitación, le pido que lo deje dormir, y salgo al living donde le digo a Guido músico que ya no siga tocando la trompeta. Una a una comienzo a separar y calmar cada una de mis personalidades. Todos nos alarmamos al escuchar un grito, viene del cuarto. Guido músico abrió la puerta para que todos viéramos como aquel Guido oscuro apuñalaba con violencia a Guido somnoliento. Traté de pararlo, ya era tarde, y necesité la ayuda de por lo menos cinco para poder quitarle el cuchillo y encerrarlo.

Hace dos días que ocurrió esto. Dos días que no dormimos, ninguno de nosotros, parece que el único que disfruta la situación es Guido asesino, que encerrado intenta hablar con cada uno de nosotros. Ayer mató a Guido músico, lo convenció de que solo quería escucharlo tocar la trompeta, como todo artista ególatra no dudó en abrirle y confiar ciegamente. Veinte minutos más tarde veía como lo ahorcaba con sus manos, llegué tarde, pero logré encerrarlo nuevamente.

El no poder dormir, ni siquiera tener la más ligera sensación de sueño está acabando, poco a poco, con cada uno de mis distintos 'yo'. Tanto es así, que ya decidí abrir la puerta y dejar que Guido asesino haga lo que quiera.



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jueves, 19 de julio de 2012

¡Calavera Córvida: Year One!

Calavera celebra con pan de carne.

Nos enorgullece anunciar que el proyecto que empezamos el 19 de Julio del año pasado haya llegado a cumplir su primer año de existencia. Con altas y bajas, problemas con la periodicidad y algunas incorporaciones (algunos que vinieron y se fueron sin dejar rastro; otros que vinieron para quedarse), el trabajo al que nosotros mismos nos impusimos y,en consecuencia, nos fuimos acostumbrando, creció y esperamos que siga creciendo de aquí en adelante. Especialmente, porque todo se trata de captar su atención.
Con el historial de visitas aumentando mes por mes, no podríamos haberlo hecho sin:
- el grotesco y bardero estilo de Tiamas (a quien le pegamos con un látigo),
- el trabajo incondicional de Lord Vampiro,
- la gran predisposición e inagotable repertorio de FITO,
- y la buena onda y genial inventiva de Shanka.

Vamos a seguir como estamos y todo lo nuevo que se nos ocurrá lo haremos sometidos a la Subordinación Cínica de una Demanda Preexistente (por ahí no lo de demanda, pero vengo de rendir un final) generada por ustedes, queridos lectores o lo que sean.

Para finalizar, en conmemoración al aniversario de Julio, el sábado pasado nos reunimos en Limbo Comics (Olivos). Gracias a la gentileza del Sumo Sacerdote Giorgini de la Orden Esotérica de Dagón y Señor del Limbo.


(Falta Shanka en la foto)





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martes, 17 de julio de 2012

El pueblo de los muertos de mal de amor.

Al fin llegó esta entrada anunciada algunas entradas atrás...No diré nada más porque es larga y prefiero que la lean. Por si no llegan a entenderlo busquen en el blog:



-para poder tener un mejor panorama de la situación. Saludos y nos estaremos viendo muy pronto. 

 
El pueblo de los muertos de mal de amor

Pasaron dos semanas luego de que Fernando fuera expulsado de la fuerza policial. Se había refugiado en su vicio del alcohol y ahora tenía una apariencia desgarbada y consumida. Salía por varias horas a caminar por la ciudad esperando encontrar lo que buscaba. Pero no había nada, miraba espejos y vidrieras pero ningún resultado se le presentaba. 

Tal vez en la ocasión anterior se despertó la habilidad de ver a los seres porque llevaba uno apegado al cuerpo. O quizás el destino quería salvarlo de terminar mal y le otorgo la visión de su enemigo para poder combatirlo. Paseaba cerca de un río, miraba su reflejo en el agua, allí decidió poner a prueba un plan extremo y estúpido. Esa noche  así como en los días venideros se entrego al lamento y recuerdos de las historias de pareja que no había podido concretar. El alcohol lo ayudaba a sentirse emocionalmente débil, aunque no obtenía ni sentía dolor real para tentar a los parásitos.



Luego pasó a la vía ilegal, bajo los efectos del alcohol comenzó a acechar mujeres que le resultaban atractivas, a tocarlas y gritarles la primera expresión que pasara por su mente. De ahí salto  a querer besarlas, recibió por eso golpes de parte de las mujeres y de algunos hombres que iban ocasionalmente con alguna de ellas. Recibía el dolor físico con sonrisas y algunas carcajadas sin importarle el daño que pudieran hacerle hasta que en una ocasión fue llevado a la comisaría donde trabajaba.   

El oficial que lo llevó no lo conocía y se sorprendió cuando muchos de los que estaban esa noche de turno lo reconocieron. Lo llevaron a una celda solitaria y lo dejaron toda la noche allí dejando que el frio del ambiente se apodere de él, en ese estado de completa incomodidad y por los efectos de la bebida se puso a llorar mientras temblaba nervioso. Los oficiales lo ignoraban y se le reían hasta que uno de sus ex compañeros le dio una frazada para evitar que la temperatura lo afecte.

Fernando pasó una semana en esa celda, la semana más larga porque sentía una gran abstinencia por su amado alcohol, y se tenía que aguantar las bromas pesadas de sus antiguos colegas. Cuando lo dejaron en libertad sentía que lo seguían, miró hacia atrás pero no vio a nadie, ignoró esa sensación y se entregó a ella sintiendo  una descarga eléctrica subirle por su espina y al  pasar por una vidriera sonrió al ver un parasito como el que había tenido tiempo atrás. 

 Esa misma noche fue al bar de siempre y se puso a beber tranquilo un poco de Vodka, sentía algo muy extraño, podía sentir al parasito gritar , sentía que le estaba causando sufrimiento y dedujo que su objeto de amor etílico e inmaterial revertía las ondas de dolor del parasito volviéndoselas en contra pero no negaba el acoplamiento. Esa noche volvió a su casa y durmió plácidamente aunque tenía sueños extraños, se sumergía en la psicodelia de colores anaranjados y rojizos sentía cosas que palpitaban y pronto se dio cuenta que era la mente del parasito, había logrado dejarlo  atontado y neutralizar sus efectos. Con esa información salió a dar un paseo y se sorprendió al ver muchos de esos parásitos flotar libremente en el aire. Notó que muchas personas tenían parásitos en sus cuerpos. Quería librar a esa gente, pero recordó la manera en que cada persona se ponía y tal vez el hecho de haber dominado a su parasito lo relajaba.  

Fernando siguió de esa forma por varios días más tomando bebidas alcohólicas cada determinadas horas para mantener aletargado al monstruo , sin embargo los sueños se volvían más rojos y el sufrimiento del parasito se hacía más fuerte. Hasta que un día pudo notar que algunas personas ya no tenían algunos con la misma forma que el suyo, poco a poco iban cambiando hasta transformarse en humanoides muy pesados y que demostraban comportamiento civilizado, el ex detective podía observar a algunos marchar sin rumbo por el pueblo o charlar en un idioma que no podía descifrar. En esa caminata se dio cuenta que los humanoides  lo señalaron  y consumido por el pánico Fernando se puso a correr mientras estas criaturas invisibles para el resto de los ciudadanos lo perseguían.

-AHÍ VIENEN, BEBAN ALCOHOL O CONFÍEN EN USTEDES MISMOS PARA QUITÁRSELOS DE ENCIMA- 

Gritaba a viva voz por el medio de la calle. La policía lo detuvo y llamaron a una ambulancia, dispuestos a mandarlo a un Psiquiátrico porque creyeron que estaba loco. Los dos parásitos humanoides se acercaron  y cuando lo arrestaron se acoplaron a Fernando. Primero quitaron a su compañero debilitado y luego tomados de las manos se aferraron al cerebro del hombre. Ellos le mostraron en su mente la ciudad rodeada de parásitos y la llegada de uno de tamaño gigante aunque no podía verlo bien. Sentía que las calles estaban teñidas de sangre y no había nadie. Uno de ellos lo dejo y lo acompañó todo el viaje. Dándoles pequeñas ordenes a los parásitos con gente alrededor suyo. La gente parecía recibir descargas eléctricas porque gritaban en el momento en que ese horrible humanoide daba una orden. Al llegar al hospital, el parasito saco dos tentáculos y se acoplo a los enfermeros ordenandoles que tomen a Fernando con mucha fuerza y lo encierren en un cuarto acolchonado. Allí dentro el señor Crane comenzó a sentir una extraña sensación de éxtasis olvidándose por completo de la realidad y de su propio ser  perdiendo poco a poco la noción del tiempo.

Le pareció que habían pasado minutos o segundos cuando recobró la conciencia de la situación. Se levanto del rincón donde había estado y se asomo a su cuarto. Observó a los dos enfermeros muertos y se dio cuenta que la puerta estaba abierta. Lentamente caminó por los pasillos del manicomio pero no oía ningún ruido más que sus pisadas. Le entro pánico y al salir a la calle pudo ver que todo había quedado detenido en el tiempo. Había sangre en las calles y algunos cuerpos y vísceras que esquivaba mientras seguía en marcha. Comprendía la situación, pero se sentía a salvo porque no veía a ningún parasito revoloteando por ese lugar, eso generó que se pusiera a correr en por la avenida principal con euforia. 

Pero de repente pudo ver como la tierra se agrietaba y sintió que alguien lo tomaba de sus extremidades. Notó a dos parásitos humanoides sosteniéndolo y haciéndolo flotar en el aire. Y al observar las grietas se dio cuenta que de allí adentro salían tentáculos rojos parecidos a arterias.



Los parásitos lo seguían levantando, entonces divisó un gigantesco ser con forma de cerebro, sin ojos y lleno de estas arterias. Un tentáculo que salió del medio de ese cerebro fue propulsado a toda velocidad hasta ser clavado en el pecho de Fernando, la sinapsis producida por ese acople fue mayor a cualquier otra que haya podido experimentar con cualquier otro parásito. Sus ojos se pusieron completamente blancos y fue depositado en  tierra. Los que lo tenían sujeto intercambiaron palabras tras soltarlo y dejaron que Fernando se pusiera a marchar lentamente.  

Y del cielo descendieron miles de parásitos bien alimentados junto a humanoides que reían con malicia. Todos ellos se unieron por los tentáculos y se posaron sobre el gran cerebro dejando salir de ese modo su energía hacia el cuerpo de ese pobre humano quien solo dio un fuerte grito antes de quedar mudo, sus blancos ojos se fueron apagando y su lento andar demostraba dolor y sufrimiento. Y así Fernando continuó su marcha junto a esa bola de seres por lo que quedaba del pueblo. Quienes pasaban por las cercanías del lugar podían oír que el viento llevaba el eco de gemidos y frases cargadas de extremo dolor y penuria.


MFM - Lord Vampiro
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sábado, 14 de julio de 2012

La Respuesta Reptante (8)

El culo te abrocho...

En fin, desde el Hall Escandinavo de AWRozee publico la octava tira de La Respuesta Reptante. Algunos habrán entendido la frase de arriba, otros se habrán sentido ofendidos y acusándome de asqueroso sodomita... No me voy a disculpar.


Uff... Mi compu sigue teniendo la misma capacidad de proceso equivalente al cadáver de un reno muerto. Van a tener que esperar un par de eones más para ver a la luz el tan ansiado proyecto que ando gritando como puta indonesia desde hace rato. Sí, esa cosa de cinco tiras compitiendo en duelos a muertes en un coliseo de votaciones o algo así. Ya ni me acuerdo. Cuando habrá mi CPU y le pase la secadora de pelo para sacarle el polvo se define si llegan temprano o tengo que ahorrar para una compu nueva.
Okey mis bitchis, disfruten de otra respuesta más de las preguntas que jamás se quisieron hacer realmente.


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jueves, 12 de julio de 2012

Máscara

Con una temática indígena, he aquí una máscara de mi diseño.
¡Pronto será subida a Calavera otra versión de este híbrido de civilizaciones pasadas!

Realizado con tintas chinas.

                             



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martes, 3 de julio de 2012

Espejo


Espejo


Siento angustia
Del reflejo.
Lo miro,
detenidamente. A veces.
Mi duplicado.
Un hombre,
criatura tenebrosa.
Estático.

¿Habrá el hombre,
en plena conciencia de actos,
inventado objeto más incoherente?
Despropósito
Cuya única función sea enseñar
aquello que ya podemos ver.
Orden, caos
Nada, todo.
Palabras y adjetivos que nacen
del espejo, del reflejo, de ver,
y a su vez, seguir ciego.
Los espejos llevan la soberbia.
Sentimiento inútil para un hombre.
Elemento que fomenta el ego.
Espero paciente entonces,
el día y momento,
en que un hombre con principios
invente su espejo.
Un espejo que los hombres necesitamos
Un espejo que no refleje una persona.
No nos muestre una habitación inerte.
Que nos enseñe a nosotros mismos,
Un espejo útil, es aquel que refleja lo intangible.

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