Hace mucho tiempo atrás, anduve en una racha de semanas bastantes raras últimamente. No estuve depresivo ni nada. Pero por temas de gustos y encantos decidí hacerme un poco conocedor y oyente de felices bandas de Depressive Suicidal Black Metal (un sub-genero "muy lleno de vida, caramelos y Mike Amigorena"). El resultado: este estilo de poesías. Escribí algunas más elaboradas y/o retorcidas. Pero lo simple que resultó esta en especial, que con su temática y composición simple, me dejó naturalmente... fascinado.
Perro Muerto
Blanca cama, helada cama,
Muy helada,
Y con su manta de escarcha.
Pero él ya no siente frió…
Ya no más.
Tampoco ladrará de nuevo.
No lo volverá a hacer.
No volverá a ser juguetón
Ni alegrar mis solitarios días.
Ya estaba muy viejo.
Sus huesos le dolían mucho,
Pero aquello no le evito para nada
Que se fuera solo
Y se recostara en la fría nieve
Para siempre y jamás.
No lo volverá a hacer.
No volverá a ser juguetón
Ni alegrar mis solitarios días.
Ya estaba muy viejo.
Sus huesos le dolían mucho,
Pero aquello no le evito para nada
Que se fuera solo
Y se recostara en la fría nieve
Para siempre y jamás.
Cuando se fue yo me pregunte
“¿En donde andará mi perro guardián?”
Me hice esa tonta pregunta
Porque quería esconder la repuesta.
La respuesta que yo ya sabía.
Él nunca me hubiera dejado solo
Al menos si fuera para una sola cosa…
Lo fui a buscar en silencio.
Fui a buscarlo, sin esperanza alguna,
Por más que la fingiera.
Fui a buscar su tieso y congelado cadáver
Que yacería eterno en la infinita nieve.
La nieve misma del un cosmos indiferente,
Placido y gris.
Blanca nieve, mundo gris
Y negras todas las angustias.
Ya no lo volvería a ver vivo.
Solo podría recordar sus ladridos
Y como buscaba mis manos
Deseoso de tiernos mimos.
Mi perro esta muerto.
Su cuerpo yace en la nieve.
Murió en invierno.
Y yo… recuerdo…