La segunda parte de la
historia llamada "Casco
Corintio". Si no la leyeron, háganlo porque tal vez se pierdan algunos
detalles sobre la de este post. Podrán disfrutar de una excelente ilustración
de Shanka como en
la historia anterior.
Delfos es uno de los edificios del antiguo
mundo griego que aún hoy en día queda en pie. Y fue declarado patrimonio de la humanidad.
Fue un lugar de culto a Apolo y un oráculo muy importante en los tiempos
antiguos.
Pero bueno, basta de
datos por hoy, mejor los dejo con el relato. Espero que lo disfruten y
volveremos a leernos muy pronto en próximas entradas.
Saludos cordiales,
Lord Vampiro.
Oráculo de Delfos
Luego de salir del templo en la cueva, el
arqueólogo, devenido en guerrero, pudo observar una figura acercándose en
su dirección. Temiendo repetir la experiencia anterior, apuró el paso para tratar de
cruzarse lo más rápido posible hacia esa figura y advertirle del peligro.
La figura era un anciano en muy buen estado físico. El arqueólogo se dio cuenta de que podía hablar
con el anciano y, con solo pensarlo, conversaba en el mismo dialecto que el
hombre. Intercambiaron noticias, entre ellas lo que había sucedido en la cueva, resultando algo pálida la expresión del anciano. El viejo cayó desvanecido, siendo rápidamente cargado en los brazos del arqueólogo, caminando en
línea recta.
Las horas pasaban, y cuando el anciano se recuperó le dio más información sobre las
horribles criaturas, relatándole sobre muchos ataques en los pueblos vecinos, todos provenientes de un abismo. Siguió comentando que muchos soldados e inocentes habían perecido
en esas batallas. El arqueólogo confesó que había matado a uno fácilmente y
el anciano vio recuperada un poco de sus esperanzas pérdidas.
Tras un breve pensamiento, el anciano dijo que ellos debían ir al
gran oráculo de Delfos en busca de respuestas a este nuevo mal que
había surgido. El arqueólogo estuvo de acuerdo porque también quería respuestas,
especialmente una que lo ayudara a regresar a su época.
Tardaron algunos días en llegar a Delfos, observando las ruinas y la muerte que habían sembrado los asquerosos
seres. Al ver el Oráculo de
Delfos, el anciano se dotó de una gran energía con la que apuró su paso para acercarse. El arqueólogo, preocupado, le siguió el ritmo.
Se sintieron revitalizados con los cálidos rayos del sol bañando sus cuerpos cercanos al lugar. Unas mujeres
los recibieron y les ofrecieron agua de un manantial. Una de las mujeres les hizo saber que “La Sibila los esperaba”. Esta última guió al guerrero arqueólogo hacia una cámara profunda dentro del
templo.
En ese lugar escuchó la voz de una mujer que le daba
la bienvenida, sin darse cuenta si era joven o anciana. La
mujer parecía muy preocupada y le respondió lo siguiente:
"Se para lo que vienes. La era de los dioses está por terminar.
Esas criaturas anuncian el fin y los tiempos míticos dejaran de
existir.
Podremos detenerlos, pero a partir de ese momento ustedes, los humanos, deberán pelear solos."
El arqueólogo quería irse, pero la voz de la mujer lo detuvo:
"No te vayas aún, debes saber algo más.
Se lo que buscas. Lo único que puedo decirte es que para hacerlo
deberás volver a donde comenzaste…"
Oyendo la últimas palabras de la sibila, el arqueólogo resolvió que
debía volver al templo en donde inició su extraña aventura...
No hay comentarios:
Publicar un comentario